jueves, 11 de noviembre de 2010

LOS CAMINOS DEL TRIUNFO

Es indudable que para alcanzar el triunfo en nuestra vida requerimos de un método, de una filosofía, de una ciencia correcta, precisa y exacta. No es asunto de azar. Estudiaremos de inmediato los principios más importantes e indispensables en el camino del triunfo. Quiero, sin embargo, recordarle que cualquier método o estudio por excelente y experimentado que sea es totalmente ineficaz si la persona interesada no lo aplica y sigue con sus antiguos caprichos y malas costumbres. Es lo que sucede a la mayoría de las personas que estudian y no aplican. A usted y a cualquiera le puedo garantizar que si aplica fielmente los contenidos y desarrolla sus capacidades como lo hemos venido indicando hasta el momento, llegará con toda seguridad al éxito que anhela y ambiciona.No necesitamos amplias teorías y oscuras y complicadas filosofías. La ciencia y el arte de vivir son sencillos, concisos y prácticos para que toda persona esté en condiciones de comprenderlos y aplicarlos. La vida por si misma es sencilla se desarrolla conforma a las leyes naturales, tal como crece un árbol, como corre una fuente, como aprende a caminar un niño y a volar un ave. Saber conducir la vida es como manejar en la aguas de un lago una barquilla. Solo hay que saber obedecer determinadas leyes naturales para conducirla al lugar que deseamos con obediencia a ciertas leyes nosotros llevaremos nuestra vida a los lugares anhelados.Apreciado amigo, quiero que me comprenda estas cosas y las lleve a la práctica. Contrariamente las cosas seguirán lo mismo. Usted tiene que crear nuevos patrones de pensamiento, nuevos hábitos de pensamiento y acción, es decir, una nueva mentalidad respecto de la vida, de la gente, de los hechos y de todo cuanto tenga que ver con su vida, de tal modo que pueda dar comienzo a un cambio verdadero, a una nueva forma de vivir. Si usted no lo hace puede estar seguro que, a pesar de haber oído este programa y muchos más todo será palabra muerta puesto que el cambio debe hacerse en lo más profundo de nuestro ser y no solo a nivel de ideas.EL VALOR DE NUESTRA VIDASi queremos que nuestra vida valga la pena vivirla es indispensable que conozcamos su valor. Si desconocemos su valor nos parecerá árida, insípida, de bien poco sentido. Las personas que se suicidan no lo hacen siquiera porque sus problemas sean supremamente graves o tan difíciles de superar. Más bien lo hacen porque ignoran el imponderable valor de la vida. La primera cosa que debemos hacer con los niños es inculcarles el valor extraordinario de la vida. Quien estima y aprecia su vida en lo que vale nunca la destroza ni la deteriora con los vicios, la ignorancia, la pereza, la soberbia, las malas costumbres los descuidos de salud, antes bien, la cuidan como una joya de mucho valor.¡Oh hombres ¡ Vivan intensamente la vida, no dejen que pase un instante sin decir: El momento ha sido mío, he saboreado toda su dicha, he debido hasta la última gota de su bálsamo. El tiempo es veloz, todavía más veloz que la suerte. El que deja malamente escapar la felicidad de un día, ya no la alcanza más, ni aún llevado por un rayo.Theodor CornerViniste al mundo no a conocer l vida sino a amarla. De amor naciste. Si es bella y es mujer, ¿quién a gozarla, varón, mozo o poeta se resiste?Ricardo LeónSi nunca te has maravillado del hecho de existir, estás malgastando la realidad más emocionante.MáximaLa vida será amable, hermosa y agradable o estúpida, desagradable e ingrata según como la hagamos y la vivimos. Ella es imagen y semejanza de nuestra forma de pensar, de nuestros conocimientos y de nuestra educación, del aprecio o el desprecio que le tengamos, d nuestras costumbres ordenadas o de nuestros caprichos y desórdenes, de nuestra superación y desarrollo personales. La vida tiene de todo: bueno y malo y cada persona da con lo bueno o con lo malo según su capacidad para vivir, tal como si dos hombres entraran en un laboratorio químico bien abastecido de productos y uno de ellos por sus conocimientos seleccionara únicamente los productos medicinales y el otro, por falta de conocimientos, escogiera únicamente los venenos. Esto nos dice que los errores los cometemos por falta de capacidades y conocimientos sin que sean cuestión de suerte.Es un deber de toda persona anhelante de gozar y triunfar en la vida, en primer término, apreciar la vida como lo más grande y valioso que posee y, en segundo lugar, dedicarse a realizar únicamente lo que la ennoblece, perfecciona y dignifica. Llegará a la comprobación de que su vida se transforma totalmente no obstante los problemas y las dificultades que lo rodean y que la hacen variada y agradable. Estos percances son solamente pasos que hay que dar para perfeccionarla más.La vida en sí misma no es mala ni buena sino que nada cual la hace mala o buena con sus conocimientos, pensamientos o acciones. Cada persona está en condiciones de hacer de su vida un hermoso poema o una sentencia de condena según que obedezca o viole sus leyes inexorables.

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