lunes, 14 de febrero de 2011

El amor es ciego. El amor es una droga poderosa. El amor a primera vista sí existe. El amor hace sentir mariposas en el estómago. El amor no correspondido rompe el corazón. El amor acaba. Estas seis frases de sabiduría popular han sido comprobadas por la ciencia en años recientes.


El amor es ciego. El amor es una droga poderosa. El amor a primera vista sí existe. El amor hace sentir mariposas en el estómago. El amor no correspondido rompe el corazón. El amor acaba. Estas seis frases de sabiduría popular han sido comprobadas por la ciencia en años recientes.

La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia cuenta con un archivo de mil 382 investigaciones recientes sobre el sentimiento amoroso. Conocemos mucho más, pero todavía hay misterios que intrigan a los científicos, por ejemplo: cuál es el mecanismo –físico, químico o eléctrico- que detona el sentimiento amoroso y por qué se presenta de manera selectiva, es decir por qué nos enamoramos de una persona específica y no de cualquiera.

El estudio científico más reciente y más revisado sobre la actividad cerebral relacionada con el amor se llama La neuroimagen del amor. Fue elaborado conjuntamente por tres universidades, las de Siracuse y Virginia, en Estados Unidos, y la de Ginebra, en Suiza. Se publicó en octubre de 2010.

El resultado de ese estudio  indicó que el enamoramiento no sólo provoca los mismos sentimientos eufóricos que el consumo de cocaína sino que afecta a áreas del cerebro relacionadas con el pensamiento racional.

La primera gran conclusión fue que el enamoramiento es un proceso químico que impacta al cerebro como un trueno pues, según un grupo de datos que colectó el grupo, enamorarse toma al cerebro la quinta parte de un segundo, es decir 0.2 segundos.

Anteriormente dos médicos del Hospital Psiquiátrico de Nueva York, Donald Klein y  Michael Lebowitz, habían medido que actos aparentemente insignificantes entre dos personas que se atraen, como un intercambio de miradas o un roce mínimo de piel, provocan descargas de grandes cantidades de un neuroquímico llamado feniletilamina, aparentemente clave en el enamoramiento.

CEGUERA AMOROSA. El nuevo estudio, de las universidades de Siracusa y Virginia, fue dirigido por la psicóloga y médico neuróloga Stephanie Ortigue, quien publicó sus resultados en la revista Journal of Sexual Medicine.

Sus resultados indican que es válida la frase de que “el amor es ciego”, pues vieron y registraron que el sentimiento amoroso provoca algunas fallas o distorsiones en áreas del cerebro relacionadas con la percepción, pero no de los sentidos sino la percepción cerebral: se altera el circuito de neuronas que se activa cuando se usan metáforas del lenguaje (representaciones simbólicas), también se altera el circuito neuronal que participa en la transmisión de imágenes desde el ojo al cerebro y el que funciona cuando se crean imágenes mentales a través de palabras.

Esto puede dar muchas pistas sobre por qué, muchas veces, una persona enamorada percibe a su pareja mucho más atractiva, interesante e inteligente que como la ven todos los demás o dicho coloquialmente, por eso dicen que el amor es ciego.

“Otro hallazgo fue que, cuando se activan algunas partes del cerebro relacionadas con el sentimiento amoroso se producen también señales que estimulan movimientos en el corazón y el estómago, esto es la causa de lo que algunos llaman las mariposas en el estómago”, informó en su reporte la doctora Ortigue.

Otro dato que fue encontrado por el equipo de tres universidades fue que en la sangre aumentan los niveles de una molécula llamada Factor de Crecimiento de Nervios  (NGF por sus siglas en inglés). Esos niveles eran significativamente altos en parejas que se habían enamorado recientemente.

La molécula NGF tiene una participación muy importante en los procesos químicos que ocurren en las personas cuando ingresan a nuevos grupos y podría estar muy involucrada en el fenómeno que llaman “amor a primera vista”.

CORAZÓN PARTIDO. Desafortunadamente, en el amor no todo es bueno. Tener el corazón roto después de ser rechazado por una pareja es más que una metáfora. El corazón sí responde de manera negativa al desamor, según algunos estudios recientes de médicos y psicólogos.

El ritmo del latido cardiaco puede alterarse de manera muy marcada durante las horas y días posteriores a que una persona es rechazada por alguien que ama, según un estudio holandés que se publicó en septiembre de 2010 en la revista Psychological Science, de la Asociación Americana de Psicología.

Los investigadores documentaron cómo el cerebro procesa en las mismas regiones el dolor físico y el dolor emocional. El estudio fue financiado por las universidades de Amsterdam y de Leiden, Holanda, quienes estudiaron a jóvenes que voluntariamente participaron en un experimento y a los cuales se engañó haciéndoles creer que habían sido rechazados o cortados por sus parejas.

Los estudiantes fueron monitoreados con electrodos para medir el ritmo de latidos de su corazón y se encontró que en todos los casos la noticia de que habían sido rechazados produjo una caída en el ritmo cardiaco por debajo de los 60 latidos por minuto, que es el promedio de actividad de un corazón en reposo.

En casi todos ellos se observó un esfuerzo del corazón por volver a alcanzar su ritmo normal de latidos, de entre 60 y 80 latidos por minuto, en reposo. Sin embargo, en algunos casos el paciente tardó más de tres semanas en estabilizar su ritmo de latidos.

¿CÓMO PREDECIR EL DIVORCIO? El amor acaba, al menos la sensación de amor extremadamente intenso que se experimenta en los primeros meses de relación amorosa con una pareja. Esa etapa, que algunos llaman enamoramiento, da paso a diferentes etapas en que cambia y se construye el sentimiento amoroso.

Sin embargo, lo que realmente parece acabar con el amor, en definitiva y sin reparación, parece ser más un proceso social que neurológico: la falta de habilidad para pelear en pareja. Aunque ningún enamorado duda que en algún momento se pueden presentar diferencias, discusiones o peleas, pocos tienen habilidades para pelear de un modo eficiente, sin lastimar las bases profundas de la relación.

Investigadores de la Universidad de Michigan encontraron algunas claves que pueden ayudar a predecir un divorcio, después de un larguísimo estudio en el que participaron 373 parejas, a lo largo de 16 años.

La conclusión del estudio dice que hay que partir del principio de que aquellas parejas que se gritan y se ponen apodos o sobrenombres cuando pelean no tienen buen futuro, pero hay además otra serie de conductas que no se notan tanto y que facilitan predecir un divorcio.

“Un patrón de conducta particularmente destructivo ocurre cuando una de las dos partes, él o ella, trata de abordar constructivamente el conflicto, propone discutir tranquilamente la situación, escucha el punto de vista de su pareja y súbitamente la pareja se marcha”, indica el texto publicado en octubre de 2010 en la revista Journal of Marriage and Family.

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