Mi más caluroso saludo en el amor de Nuestro Señor Jesucristo.
Estamos viviendo tiempos difíciles que exigen de nosotros consagración. Necesitamos más que nunca proyectarnos en la visión, prepararnos en el conocimiento y revelación de la Palabra de Dios, actualizarnos en la estrategia, de tal manera que, teniendo definido nuestro destino y sentido de identidad y pertenencia, nos proyectemos como Familia de la fe, como respuesta a la tierra que Dios nos ha dado por heredad.
Por eso, te animo a que continúes compartiendo Su Amor y Perdón con otros como una forma de vida, siendo y desarrollando hombres-célula, que reproduzcan la vida de Cristo en otros, para ver el cumplimiento de la Gran Comisión en esta generación.
Colombia tiene un papel muy importante qué jugar en la evangelización del mundo, y tú, como hijo en la fe, tienes un papel vital qué jugar en la evangelización y el discipulado, desde Colombia para el mundo.
Al estilo de Pablo, hoy es tiempo de decir «Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.» (Hch 20:24).
Ten la seguridad de mi afecto y de mis oraciones.
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