Saúl, David y la Ley de subir el nivel
Pensamiento sobre liderazgo para
hoy:
Toda persona tiene el potencial para
convertirse en líder.
Lecturas bíblicas
1 Samuel 10.17–24; 13.5–15; 15.10–16.13; 17.32–18.16
2 Samuel 5.1–5; 11.1–5, 14–15, 26–27; 12.1–15
Las apariencias
engañan. En ocasiones miramos a una persona y asumimos que tiene todo lo
necesario para ser un gran líder. Ese fue el caso de Saúl. La Biblia nos dice:
Había un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se
llamaba Cis … Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre
los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba
sobrepasaba a cualquiera del pueblo (1 Samuel 9.1–2).
Cuando el pueblo
de Israel pidió un rey, Dios les dio a Saúl, y todos esperaban que fuese un
gran líder. Pero el pueblo miró su apariencia exterior mientras Dios miró su
corazón. No pasó mucho tiempo antes que Saúl, hombre poderoso y con gran
potencial, se desacreditara a sí mismo y su liderazgo, y Dios designara un
nuevo líder en su lugar. Entonces eligió a David, un hombre conforme al corazón
de Dios.
Dos reyes con diferentes tapas en
el liderazgo
¿Por qué Saúl
fracasó como rey de Israel mientras David, que parecía más débil, tuvo éxito?
Podemos hallar la respuesta en la Ley de la Tapa: La habilidad de liderazgo
determina el nivel de eficiencia de una persona. Mientras David trató de ser
mejor líder y tuvo varias experiencias que le permitieron elevar el nivel de su
tapa, la actitud de Saúl mantuvo la tapa firmemente sellada sobre su liderazgo.
La habilidad de liderazgo determina el nivel de
eficiencia de una persona.
Echemos un vistazo
a los senderos similares que estos hombres transitaron:
1. ambos recibieron consejo de hombres piadosos
La unción y las
oportunidades otorgadas a Saúl y David fueron sorprendentemente similares.
Ambos fueron ungidos por Samuel, el último juez de la nación hebrea. Ambos
recibieron el beneficio de consejos piadosos: Saúl lo recibió de Samuel y David
de Samuel y luego de Natán, el profeta. Pero observe qué diferentes fueron sus
reinados como monarcas.
En realidad, Saúl
nunca entendió la naturaleza del liderazgo. El día que fue instituido como rey,
se escondió de la gente. Creo que lo hizo porque reconocía su incapacidad para
dirigir. Pero después de probar el éxito en una batalla, confundió su posición
como rey con el verdadero liderazgo. Aunque tenía el título, el poder y la
corona de un rey, nunca llevó la monarquía más allá de un gobierno regido por
lo carismático. Fue hecho general, pero nunca logró reunir un ejército estable.
No creó un gobierno organizado para preservar sus logros. Cuando Dios ya no lo
favoreció, pensó que el título de rey le daba derecho a seguir haciendo de
líder.
Por otra parte,
David aprovechó las oportunidades para crecer en su liderazgo. Aprendió a ser
guerrero. Levantó un ejército permanente y venció a sus enemigos. Eligió una
ciudad y la conquistó para convertirla en la nueva capital de la nación, y
luego organizó en ella un gobierno duradero. Mucho de eso lo hizo antes de
ocupar el trono. Desde el comienzo, lo amó todo el pueblo de Israel y de Judá
(1 Samuel 18.16). David atrajo a ciudadanos, guerreros y líderes por igual, y
los dirigió bien. Como resultado de su liderazgo, el pueblo floreció.
2. ambos enfrentaron grandes desafíos
Todo líder
enfrenta obstáculos, pruebas y tribulaciones. Saúl y David a veces enfrentaron
los mismos. Por ejemplo, tomemos a Goliat. Cuando el gigantesco filisteo
ofreció luchar contra el campeón de Israel, Saúl y David escucharon el desafío
del gigante. Saúl, el principal guerrero de Israel y quien debió enfrentar al
gigante, reaccionó y se escondió amedrentado. Pero David, aun un muchacho,
estaba deseoso de aceptar el desafío y ganar la honra para Dios.
¿Cuál fue la
reacción de Saúl? Ofreció su armadura a David (¿Por qué no? ¡Él no iba a
usarla!) Mientras otros esperan para ver qué va a ocurrir, los líderes se
levantan y se enfrentan al desafío.
3. ambos tuvieron la oportunidad de cambiar y crecer
Las reacciones tan
diferentes de estos dos hombres cuando enfrentan sus fracasos retratan las dos
naturalezas de Saúl y David. Cuando en desobediencia, Saúl ofreció un
holocausto a Dios, Samuel lo reprendió. La Escritura guarda silencio sobre lo
que vino luego. No hay un relato de tristeza o arrepentimiento de parte de
Saúl. En cambio, el relato sigue con la guerra de Saúl contra los filisteos.
Evidentemente se mantuvo en la misma dirección.
Por otra parte,
ante su pecado, la reacción de David fue diferente. Después de cometer
adulterio con Betsabé y de mandar al marido de esta a la muerte, Natán lo
confrontó, y el rey se arrepintió sintiendo un agudo pesar.
El que subió el nivel
La interacción de
David con Natán es representantiva de su actitud durante su vida. Nunca tuvo
miedo de reconocer sus fracasos, de pedir a Dios el perdón y la bendición, y de
mejorar personalmente. Es la razón por la que subio el nivel de su liderazgo subió más
y más alto.Todos podemos
aprender de David. Si queremos alcanzar nuestro potencial y convertirnos en la
persona que Dios quiere que seamos, necesitamos elevar las tapas de nuestras
vidas. Es la única manera de pasar a otro nivel.
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